Jugar Ser.

Instrucciones:

Nunca dejar de respirar.
Soñar.
Despertarse con un sonido y quedarse un rato más.
Levantarse, encontrarse con la luz.
Reflejarse.
Interactuar con otros jugadores.
Pensar.
Expresar.
Mover.
Sentir.
Dudar.
Buscar.

qué habrá pasado?

Generalmente, primero voy al word y luego paso por acá. Pero como siempre doy vueltas para no llegar hasta aquí, vine directo. Igual, si mi cabeza está muda.

Ya pasaron varios meses de naada. Está jodido, y es bueno rellenar la hoja justificando la colgadez: aparte de molestar, a nadie le importa. Así como hay gente que le gusta hacer el amor con frutilla y dulce de leche, hay otros que quieren ligar con un palo de escoba por la espalda. Además, mis seguidores no paran de llamarme al celular que tal vez no exista o ha sido cambiado. Nunca sé que responderles, me quedo respirando, hasta que se cansan y me cortan por la cara.

Por eso hoy... que el sol salió pegado al cielo, y mi vecino parece tener un martillo nuevo: les acerco lo último de la literatura grecoromana postcolombina, un hit textual en todas las comisarías del país.

El valle de Lorito

No sabía afeitarse, ni atarse los cordones. Se miraba al espejo, y no terminaba de entender su apodo. El creía verse más parecido a un avestruz. Pero claro, suena muy elegante. Iban a preferir llamarle por su nombre.

Sufría cada vez que iba a una fiesta, todos los fines de semana. Para no sentir tanto, se acomodaba bien en cualquier silla que encontraba, y simplemente, dormía. Cuando terminaba, se tiraba al suelo y salía arrastrado para que vean todos, que esa noche estuvo explosiva. Llegaba a la vereda, se paraba y seguía tambaleante hasta alcanzar la esquina y girar. Se desperezaba y empezaba a trotar (Su rutina de todas las mañanas para estar en forma) Una vez en su casa, prendía su compu y compartía: "recién llegadito, la fiesta estuvo bomba". Se sacaba la camisa, ponía en agua y jabón. Esperaba una hora, fregaba y colgaba. Se sentaba, y esperaba el secado. Planchaba para volver a remojar, esperar, fregar,secar... Repetía la misma secuencia hasta ver un nuevo viernes amanecer y su "ropa de salir" totalmente gastada y casi transparente. Una vez en la mercería, elegía el mismo tipo de prenda. Metía entre sus pantalones y salía corriendo.

¡Una noche más de farra para Lorito!


Feliz fin de semana, amigos. Para la próxima, les prometo almíbar y no más golpes cervicales. Igual, háganse dar y dejen comentarios.